Como un adulto se relaciona con sus propias emociones, con sus proyectos, con la vida y con sus afectos es como se relaciona con el niño que fue, que habita en su interior.
Conectar y aprender a mirar lo que sigue repitiendo un adulto inconscientemente de las dinámicas aprendidas en la infancia: en sus necesidades básicas, emociones y deseos de aquel niño que fuimos en profundidad, es lo que le permitirá a ese adulto, a darle la estructura a aquel niño que aún vive en su interior, que por eso se siente inestable, desbordado emocionalmente o desconectado, sintomatizando, vulnerable, frágil y sin recursos. Es el niño quien siente eso.
Estructura, como la estructura en construcción de un edificio que, mientras más sólida y profunda sea, más podrá crecer y sostener y así, abrir paso a la consciencia, para poder elegir algo nuevo y diferente para su futuro.
Para adentro está la salida.
¿Cómo? Lo veremos en la formación.

DIRIGIDA A: PROFESIONALES DE LA SALUD, EDUCACION, ESTUDIANTES DE CARRERAS AFINES Y TERAPEUTAS HOLISTICOS
OBJETIVO: Seguir trabajando en la construcción y profundización del rol como ayudador profesional, para poder vivir de la profesión de ayuda que amamos, integrar nuevas herramientas y recursos y poder detectar el origen de las heridas de la infancia y poder abordarlas en la práctica.